Poco a poco se va bajando de cota. El paisaje es sencillamente grandioso. El valle donde está Triacastela, la ciudad de los tres castillos está rodeado de laderas verdes, con prados fértiles y mucho ganado que sin embargo, en las cotas más altas, ya debe estar encerrado permantentemente en las cuadras. Poco antes de entrar a Triacastela, en As Pasantes hay un castañero magnífico que tiene ochocientos años. Me paré a fotografiarlo y un viejo me quiso vender un bastón de peregrino. Ya en Triacasterla, volví a coincidir con Felix. Es una persona de fácil conversación. Fué médico de urgencias en el Negrín y alli estuvimos criticando al Servicio Canario de Salud.
A partir de Triacastela, uno puede elegir entre ir por Samos donde hay un monasterio magnífico, pero el camino va todo el tiempo al lado de la carretera o bien ir por San Xil, que es mucho más tranquilo, pero te pierdes el monasterio. Yo como estoy harto de caminar al lado de carreteras en Castilla, escojo San Xil. Llegó el momento en que pensé que estaba perdido de lo solo que andaba, pero encontré en medio del bosque una fuente horrrenda con una concha que me hizo ver que iba bien. Ahi me llamó mi amigo Nicolás para darme algunas noticias de Canarias, entre otras que Pepe Benavente dejó a su mujer para irse con un músico de su orquesta. ¡Si es que se veía venir!.
Todo el campo está lleno de balas de heno y de ensilado. El heno es simplemente la hierba del verano seca y su olor es delicioso. El ensilado es lo mismo, pero encerrado en bolsas, sin aire, de manera que se fermenta y los animales lo comen jugoso. Ese huele como entre a cerveza y a frutos secos. A partir de San Xil, que es un pueblo muy pequeño, el paisaje se abre y se ve una vega enorme, llena de pequeños pueblos, bosques y prados. Cruzo rápidamente Montón, Fuenteacuda, Furela, Pintín y Calvor para llegar finalmente a Sarria.
Sarria es una ciudad grande. De hecho, la más grande de todo el Camino de Santiago en Galicia excepción hecha de la propia ciudad de Compostela. A partir de aqui hay unos ciento diez kilómetros hasta la ciudad del santo y por eso es un punto de partida muy popular entre los peregrinos. De aqui salieron este verano María José, Tite y Carmen María González que me dieron muchos datos sobre el Camino antes de venir.
Antes de llegar a Sarria le pedí a mi equipo de apoyo que me hiciera otro PagoAmigo, pero no se porqué el mensaje con el código para retirar el dinero se retrasó. Llegué al albergue y no tenía nada de dinero. Félix, el médico, se ofreció a pagarme los cinco euros del albergue pero no me atreví a pedirle dinero para comer. Cristo, Humberto, Elena y Arancha hicieron lo posible y lo imposible, pero se hizo de noche y no conseguí la transferencia. Estuve a punto de pedirle a Rubén que le dijera al cura de Sarria que me hiciera un bocadillo. Al final, fui a una panadería y me compré un pan de treinta céntimos. Mientras me lo comía (despacito) pensaba "-Pues ahora si que parezco un peregrino medieval".Me llamó mi madre preocupada (las preocupación mayor de mi madre es que comamos). Cuando me pregunen tó que si había cenado le dije "Comí algo". Hasta ahi, todo verdad. Me preguntó: "¿que comiste?", y yo pensé: "la cagamos". Tuve que inventarme un menú y al decirle "huevos con papas fritas", casi me muero de hambre. Ya de noche, durmiendo, el teléfono vibró con el puto mensaje para poder retirar el dinero.
Hoy es el cumpleaños de mi ahijado Manuel. Los que me conocen saben cuanto me gustan los niños. Mis ahijados, los hijos de mis primos y ahora mis sobrinos me sirven para, de alguna manera, sentirme padre por momentos. Notar que un niño, en este caso Manuco manifiesta algún parecido con mis hábitos, repite alguna frase mía, reacciona como yo lo haría aunque sea alguna vez, es un fenómeno más mágico que la alquimia de transmutación de los elementos. Él no sabe, porque no tiene edad para eso, lo mucho que lo quiero, de la misma manera que no sabe, porque aún no puede saberlo, como lo quieren sus padres, que es de una forma mucho más intensa, de esa manera irracional con que quieren los padres, como quieren las vacas a los becerros, más como si fueran un miembro de sus propios cuerpos que como a otro ser humano. Lo sabrá con el tiempo, claro está. Durante el día me he acordado mucho de él y le he pedido a Dios que sea feliz que es algo mucho más complicado que estar a gusto, que al fin y al cabo, es lo que uno quiere cuando tiene diecisiete años.
Lo felicito con esta canción con la que su madre y yo le hemos tocado tanto los huevos estos meses. Felicidades Manuquito.TQM, XD :)
Que bonito lo que has puesto de tu sobrino y de los niños en general..., que suerte de tus niños de tenerte a ti...
ResponderEliminarcuando le di a publicar el comentario a que no sabes que palabra en clave me salió,... COMA... Jajajajajjaa
ResponderEliminarPues esto.. tal como dice el proceso para colgar un comentario. Coma... pero coma, bien y mucho