lunes, 25 de octubre de 2010

Santiago de Compostela, 22 de Octubre

Bueno, hoy era el gran día. No se lo van a creer, pero a las cinco y cuarto había peregrinos haciendo bulla en la habitación. Cuando no pude más de la mala leche que me estaba dando, yo también me levanté y salí por patas. Desayuné en un bar y me lancé a lo oscuro. Lo que peor llevo del Camino, ya lo he dicho es no poder ir de tapas en las ciudades con marcha y no dormir bien absolutamente ningún día. El caso es que media hora después estábamos todos perdidos en un bosquete de eucaliptos. Suerte que había una luna espectacular y pudimos atinar con las flechas. Viendo la luna, me doy cuenta de que apenas han pasado veintiocho días del Concierto de Insomnia en Chinguaro. A mi me parece una eternidad.

Llegamos al aeropuerto de Labacolla todavía de noche, pero ahi ya me pude zafar de los otros peregrinos. La primera parte preferí caminar con ellos porque uno del grupo tiene una linterna (yo también, pero sin pilas). Entrar en Santiago es un poco decepcionante. Tienes que cruzar naves industriales, el aeropuerto, el campo de fútbol, el auténtico horror que es el Monte de Gozo y luego un sin fin de calles sin gracia. El nombre del aeropuerto tiene que ver con los peregrinos porque está donde mismo un río, el río Labacolla donde los peregrinos se ageitaban un fisco para entrar en la Catedral.

Al llegar a Monte de Gozo ya iba yo solo. Me duele mucho el pie derecho desde ayer. No se si tiene connotaciones políticas porque yo de ese pié nunca he cojeado. El caso es que además vamos todos asimétricos: como todo el tiempo caminamos de este a oeste, la gente está más morena en su lado izquierdo e incluso hay quien tiene la pernera de ese lado del pantalón más descolorida que la otra. Yo como soy medio negro, no lo manifiesto mucho, pero la gente muy rubia llega siempre al final del día con el cachete izquierdo colorado (te lo estoy poniendo a huevo, Juan Miguel)

Llegas a la ciudad de Santiago y parece que nunca vas a llegar a la Catedral. Un auténtico río de peregrinos llegados en guagua avanza por la calle, mezclados con los de mochila y con los compostelanos que van a sus cosas. Cuando llegúe a la Plaza de Quintana, que es tan bonita y donde había estado en una manifestación en contra de la guerra de Irak en 1993, casi me caigo para atrás. Era un mar de gente. Había una cola que quitaba el hipo. Uno va todo el tiempo por el Camino pensando "soy El peregrino, soy EL peregrino.." y cuando llegar alli dices "soy UN peregrino". Antes de que acabe 2010 habrán ganado la Compostela famosa unos 200.000 peregrinos y el jubileo ya, ni te cuento. Le pregunté a dos policías que si la cola era para entrar a la Catedral y me dijeron que no. Que es para "abrazar al santo". Por mi, por ahora, el santo se queda sin abrazar. El martes ya veremos. Les dije que me hicieran una estimación y me dijeron que habría en ese momento dos mil personas en la cola. Para entrar a la Catedral hay que dejar la mochila en consigna y la consigna vale dos euros. Para pedir la Compostela, hay que hacer una cola enorme también (aunque no tanto como la que hicieron los que vinieron en verano) y pagar la voluntad, pero te recomiendan que "la voluntad" sean dos euros.

Sin embargo, a pesar de todo eso, la misa de doce me pareció impresionante. Aunque era una misa de diario, de las que hay tres en cada jornada, la Catedral estaba repleta. Tocaron el órgano grande y cantó un coro. Con todo el jaleo de gente que entraba y salía, con la batalla para que la gente no use flash, con la sacadera de perras...con todo y eso, me emocioné. Yo soy un chico fácil.

Acabada la misa, al albergue, que también es un poco más caro que los del Camino. Quiero dejar parte del equipaje aqui para no llevar todo conmigo a Fisterra y eso también cuesta dos euros. No hay Menú del Peregrino para cenar en Santiago y comer es también más caro que en el resto del trayecto. Excepto los momentos en la iglesia, dan ganas de salir pitando a pesar de que creo que Santiago es la ciudad que más me gusta de España. Por la noche, la clásica tortura, todos los bares de tapas están llenos y los escaparates de las calles Franco y Villar están petados de mariscos y delicatessen. Me dan ganas de teletransportar a alguien que me acompañe a disfrutar de ellos. Sin embargo, como rapidito y me voy "a casa" que mañana sigue el choleo, pero ahora en su parte laica.

2 comentarios:

  1. Felicidades Pedro Damián. La Compostela es tuya y si hubiera un premio al mejor blog del camino también te lo daban.
    Un saludo

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  2. Felicidades Pedro, es un placer leer que tu objetivo está cumplido

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