Logroño. Sábado, 2 de octubre

¡Ayayayayay! Hoy si que estoy fundido. Fue tremendo lo de hoy. Y no se porqué. Fueron 27;9 kilómetros, pero me cansé mucho. Antes de contar el día tengo que decir que anoche después de escribir, entré a misa a la Iglesia de Santa María de Los Arcos. Es una virguería. Creo que no había visto una iglesia tan grande, tan lujosa y sobre todo, tan coherente porque toda la obra del interior, los retablos, las esculturas, las pinturas de las paredes eran del mismo estilo y época.

Por la mañana, como hoy es el día del Ángel de la Guarda, puse al mio en el compromiso porque empecé a caminar de noche, a las seis y media. Es que a esa hora empiezan los peregrinos a hacer ruido en los albergues, como ya había dicho y prefiero caminar que quedarme alli, que me pone de mala tiempla. Asi que caminé casi totalmente de noche hasta Sansol. Sansol y Torres del Río son dos ciudades prácticamente pegadas, separadas por un río. Torres del Río es sin embargo mayor y tiene una iglesia de planta octogonal de esas que tuvieron los templarios (pero de verdad, no como en el Barranco de Badajoz). Sin embargo Torres del Río tiene también una cabrona que se llama Mariela. Desde que pueda la voy a poner pingando en los foros de peregrinos. Tenía la cafetería abierta, pero estaba en el piso de arriba y por no bajar a hacerme un café y leche, me hizo ir caminando hasta Viana sin nada en la barriga. Se ve que eso de las tripas no es competencia del Ángel de la Guarda. Cuando llegué a Viana estaba viendo visiones. El paisaje hoy ha sido muy diferente a otros días. Todo el tiempo subiendo y bajando barrancos. Como el suelo es bastante blanco, hay pinos, viñas y tal, pues a veces me parecía que estaba en Agache.

Viana es una ciudad que engaña. Vista de fuera parece un lugar anodino, pero si uno sube a su casco histórico, se queda sorprendido. La calle principal está llena de palacios y tiene dos iglesias más que notables: la de Santa María y la de San Pedro, que está desplomada, pero mantiene en pie las paredes. En esta ciudad vivió César Borgia, el hijo el Papa, huyendo de la justicia de Mílán y está enterrado en la iglesia.

Por el camino me encontré a El Petudo. El Petudo realmente se llama Antonio y es de Cerdeña. Creo que ese si que va a Santiago de promesa. Lleva su propia mochila y tiene más de sesenta años. Le debe de costar un montón avanzar, pero siempre está de buen humor. Cuando veo a esta gente con esa tenacidad, me quedo pensando como habrán sido en sus vidas profesionales y personales. Te dejan sin habla.

Como diríamos en Güímar, conforme avanzamos, cada vez hay más y más viñas. También almendros, pero estos parece que están abandonados. También cada vez hay más quinquis. En Logroño hay un montón de homeless.

Los alemanes que van por el camino, huelen fatal. Se forran de balsamo del tigre y cuando aquello se calienta, huelen como para salir por patas.

Después de todas estas observaciones sobre el Mundo Natural, llegué a Logroño. Yo nunca había visto el Ebro y por aqui, ya es un señor rio. La ciudad es pequeña y no tan cuidada como Pamplona. Hay muchos edificios demolidos entre los del casco histórico. Después vi que es una especie de revitalización del casco. Hay un montón de edificios estupendos, sobre todo las iglesias. Vi a Santa María del Palacio, Santa María La Redonda, San Bartolomé y Santiago.

Para los que sigan el blog, tengo que decirles que gran parte del mérito del mismo es de José Carlos Mesa. De hecho, de las cosas que hago, todo lo que vean estéticamente bien acabado, casi siempre está hecho por José Carlos o Vera. Desde siempre, me he aprovechado de mis amigos y consciente de mis limitaciones, he valorado enormemente todo lo que mis amigos me dan, que va desde fotografías a sentido común pasando por una buena cena. Tengo amigos tan buenos y de tantos tipos que no puedo sino pensar que me tocó la lotería en ese sentio. De hecho tengo amigos que hace mucho tiempo que dejaron de serlo para pasar a ser como hermanos. También tengo amigos que desaparecen de mi vida y años después, al vernos, resulta que todo es igual que siempre. Tengo amigos una generación menores que yo, y que me parece que conozco  de toda la vida, y hasta tengo amiguitos de internet, que contra lo que pudiera pensarse, no es una amistad despreciable.

Sigue sin llover y además de cursi, hoy como pueen ver tengo un teclado en el que la "d" no funciona bien.