domingo, 17 de octubre de 2010

Ponferrada, 16 de Octubre

Lo de hoy ha sido tremendo. Resulta que cuando por la mañana fui a retirar el dinero por el método PagoAmigo, que como siempre me lo hace Cristo debería llamarse en este caso "¡Paga, Amiga!", y no pude. Di varias vueltas por la ciudad, pero me dio la jirbilla de irme porque comenzaba a amanecer aún sabiendo que por el camino, solo iba a encontrar pequeñas aldeas sin cajero autómatíco. Desde por la mañana me planteé hacer dos etapas en una y llegar de un tirón a Ponferrada aunque las dos ciudades están separadas cincuenta y tres kilómetros. El caso es que además, cuando las etapas acaban en esas pequeñas aldeas de la montaña, la tarde es muy aburrida, sobre todo ahora que ya no están Jesús y Paula o Los Catalanes. Asi que ni corto ni perezoso me lancé a la montaña sin un euro y con solo agua y una magdalena.

La Maragatería es preciosa. Hay muchos bosques que al parecer están llenos de animales de caza mayor, pero como en otras ocasiones, no vi ninguno. Fui cruzando sucesivamente Valdeviejas, Murias de Rechivaldo, El Ganso, Santa Catalina de Somoza y Rabanal del Camino (ahi me comí la magdalena). Cada vez el paisaje se va poniendo más bonito, más boscoso y más húmedo. Todos esos pueblos viven prácticamente de los peregrinos y en algunos casos, como en Rabanal han prácticamente resucitado después de años despoblados. De Rabanal para arriba está uno alrededor de los mil metros sobre el nivel del mar. Luego vienen Foncebadón, casi despoblado y Manjarín (que está en ruinas). Al salir de Foncebadón está la Cruz de Ferro, que es un hito muy importante del Camino de Santiago. Marca el lugar más alto de todo el trayecto. Es una cruz de hierro sobre un poste vegetal. El hierro es muy emblemático por aqui porque en la antiguedad fue la principal producción de la zona, junto con el oro fue el motivo por el que los romanos se encapricharon en venir aqui. Yo ya en la Cruz de Ferro me estaba acojonando porque tenía hambre y el ambiente es un poco Izaña. Por alli había alguna vaca y poco más. Sin embargo, cuando empecé a descender por el otro lado se me quitó la cosa. Desde que "tumbas" por la otra ladera ya ves a lo lejos a Ponferrada, que es una ciudad enorme. Bajando cruzas El Acebo, Riego de Ambrós y Molinaseca que son tres pueblos preciosos, todos de piedra y muy bien restaurados. Tiene la pinta de sitios donde la gente pasa los fines de semana. Molinaseca debe ser un sitio ideal además para cuando los novios se van a hacer esas fotos que son la desesperación de los invitados al banquete. No lo he dicho, pero desde Astorga, ya no hay construcciones de adobe y abunda la piedra. Como las parcelas están bordeadas de tapias de piedra, tiene un poco el ambiente de Teno Alto. Todas las casas tiene balcones de madera y la planta baja son pajares o cuadras para las vacas.

Con Ponferrada a la vista, todavía tardé mucho en llegar a la ciudad. No me había imaginado para nada la ciudad tal y como es. Pensé que era un sitio más grande y más industrial. El sitio donde está construída la ciudad es muy singular y como en el caso de Segovia, la combinación colina-rio la hace preciosa. Como además tiene el castillo de los Templarios en un estado tan impecable (los templarios de verdad, no los de Chacona), la verdad es que es una ciudad encantadora. Yo, que solo conocía a Luis del Olmo, la Ponferradina y un subteniente del cuartel del que afortunadamente no he vuelto a saber nada, tuve una agradable sorpesa con Ponferrada. En el casco hay una glicina tan tremenda que tiene que estar apoyada en tutores de hierro. También había una glicina formidable en ese reducto de araferos rebeldes que era el Bar Francés. Arafo, que es en general un pueblo tan sumiso, cuando da productos de otro tipo los da de verdad y hubo un tiempo en que todos ellos se veían en el Francés, que era un bar tan apestoso como divertido. Solo por ver la glicina deberían abrirlo de nuevo.

No conozco ni a un solo peregrino de los que están esta noche en Ponferrada excepto a Harry el Irlandés. Me pregunto que habrá sido de tanta gente con la que he hablado en el Camino. Es posible que algunos vayan solo un día por delante de mi, como Horst, Johannes, Harry el Irlandés. Otros a lo mejor van justo detrás: Gustavo El Argentino, Julián el Panadero de Cáceres haciendo vaya usted a saber que extraños jueguitos con las bragas de Gonzalo creyendo que son las de Alejandra. El hospitalero del albergue de Ponferrada ¡es de la Aldea de San Nicolás!. A propósito, no se porqué, San Nicolás es una de las advocaciones más frecuentes a lo largo del camino. He visto decenas de iglesias dedicadas a San Nicolás. Yo claro, estoy todo el tiempo acordándome de mi sobrino Nicolás aunque yo lo llamo a veces Lacho porque me recuerda a la canción de cuna más extraordinaria que he oído jamás y que cantó Celia Cruz cuando aún no era pasto de las casas discográficas. Se las pongo, pero oiganla con los altavoces a toda mecha. No me importaría que eso fuera lo que cantan los ángeles en el cielo, pero me pega que no tengan propensión a esos ritmos tan calientes.

3 comentarios:

  1. Hola Pedro, qué curioso es el Camino, cuando yo y mi hermano Jose lo hicimos, eso sí, en bici; que estamos fondones. Digo que cuando estuvimos en esos caminos de Dios, Rabanal del Camino nos pareció precioso. Es un pueblito en el que paramos porque le cogí miedo a una tormenta seca de esas de verano. Me dio por pensar, al ver los rayos y las centellas subiendo por ese monte, que estaba montado en una Orbea Sherpa de esas de la promoción de Cajacanarias de cuando éramos pives y claro, el artefacto es de hierro y yo muy aprensivo.
    Mi hermano ni intentó convencerme de llegar a Ponferrada al verme la cara de pavor. Nunca lo había pasado tan mal en toda mi vida.
    Bueno, Rabanal del Camino es un pueblo de piedra. Con un pequeño monasterio de monjes benedictinos alemanes que en la misa del peregrino cantan gregoriano. Chico, alucinante como cantan.

    Lo lamentable es que los vecinos les han echado del pueblo alegando a tal punto que fue la Guardia Civil a escoltarlos para poder salir. O sea que no los podrías haber visto, con lo que los mismos de Rabanal se han cargado uno de los motivos por los que la gente hacía parada en su pueblo. En fin, cosas de maragatos.
    http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=46

    Buen viaje, Pedro Damián.

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  2. Por cierto, me gustó esta Celia Cruz desconocida.

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  3. EEEEEEEEEEEEIIIIII!!!! en el mapa ya se ve santiago!!!!!!!!!!!! eres un máquina!!!!! :-)

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