sábado, 6 de octubre de 2012

30 de septiembre. Trigueros-Valverde del Camino.

El hotelito de Trigueros incluía desayuno, así que me bajé bien temprano a tomarlo. La verdad es que el hotel Ciudad Trigueros es perfecto. El desayuno también lo fue. Para seguir hacia mi próxima parada, Valverde del Camino debía de coger el mismo camino que ayer no tomé por equivocación. Es una Vía Verde, que sigue el recorrido de un antiguo tren, instalado por los ingleses de la Compañía Alkali, que explotaron durante más o menos setenta años las minas de Río Tinto. Al salir, vuelvo a pasar por la iglesia de San Antonio Abad sintiendo el mismo estremecimiento que me produce el pensar que en tres meses celebraremos al santo del cochinito.

La Vía Verde entre Trigueros y Valverde del Camino

La Vía Verde, al menos al principio es comodísima de recorrer. Como en casi todos estos paseos, los primeros kilómetros te encuentras a muchos jubilados y señoras caminando. ¿Porqué las señoras cuando salen a caminar se visten con chándales rosa y gris?

La iglesia "del Santo", en Valverde. Me quedé sin saber de que "santo" se trata.

La iglesia de la Virgen del Reposo en Valverde del Camino
Poco a poco, me voy quedando solo. Tan solo que sólo me sobrepasan algunos ciclistas. Unos dan las "buenas horas" y otros no. A los que no, yo internamente les digo "turre animal" y me quedo tan a gusto. El camino va dejando atrás los cultivos y entra en un pinar mezclado con muchos eucaliptos. Un poco tiempo después de salir de Trigueros, pasé por Beas, pero están tan cerca los dos sitios que no merece comer aún. Me equivoqué. Luego no encontré nada de nada hasta llegar mismamente a Valverde. En el camino no hay casi nada. Bueno, había como un camping, que parecía de una película de David Lynch, con algún remolque, pavos reales desplumados y un toro de Osborne. Llegué a una gasolinera y me tomé una Coca Cola que me supo a gloria. ¿Con qué la harán que tan buena es?. Yo creí que tras la gasolinera venía Valverde y ¡fósforos!. Faltaban aún seis kilómetros. Por el camino hay paneles que dicen que hay jabalíes y ciervos, pero no vi ninguno. Como el trazado está hecho para el tren de mineral, no tiene excesivas cuestas, pero cansa. Finalmente llegué a Valverde del Camino y, como no tengo guía de esta parte del camino, recurrí al mismo truco que el día anterior. Me fui a la plaza del pueblo y me tomé un par de cervezas. El camarero me informó de lo que había que ver, del alojamiento disponible y otras menudencias. Los camareros de las plazas de pueblo suelen ser muy amables, pero no se engañen NO TODOS LOS CAMAREROS DE LOS BARES DE LA PLAZA DEL PUEBLO son amables.

Me olvidé de decirlo ayer, pero casi todas las palmeras canarias del camino están atacadas por el picudo rojo. Es algo asombroso. Creo que más de la mitad ya están muertas y en algunos casos debieron ser centenarias. En la plaza de Trigueros, de ocho, solo quedan tres. A pesar del ataque de la plaga, no se ve que apliquen la profilaxis que se practica en Canarias que consiste solo en dar pintura en el corte de las hojas. Da mucha pena.
Mucho picudo rojo en Huelva


En Valverde solo hay un hotel para quedarse, que se llama Montearoma y creo que el nombre le viene de que huele a tabaco. Una de las cosas más significativas de Valverde del Camino es la fabricación de "botos" de piel, que se ven bastante buenos. También hay cerca algunos dólmenes, pero por increíble que parezca, nadie me supo informar bien donde están. En Valverde hay muchas cosas de la época de los ingleses. Hay calles con casas hechas al estilo inglés, pero con materiales y colores andaluces y esto me encantó.

Almorcé-cené en una terraza donde celebraban un cumpleaños. Dos Belenes Estéban sostenían en alto una piñata y los niños casi las tumban en su afán por coger las cosas que había dentro. En la mesa de al lado, uno grupo de jóvenes comentaba una boda auténticamente in-cre-ible, por lo visto cuando iba a empezar el baile, los novios sorprendieron a todos porque habían ensayado la coreografía de no se que película (¿no es maravilloso?). La gente aquí habla de una forma terrible. Parecen brutos aunque luego en realidad no lo son (o sí). Comí muchas cosas ricas como huevas, asadura y así. Todo el tiempo me apetece beber cerveza. Nada que ver con el "café y leche" del Camino Francés.

Como la patrona de Valverde es la Virgen del Reposo, me dispuse a honrarla rápidamente en el Hotel Montearoma, pero la verdad es que no se porqué, cuando estoy caminando duermo fatal a pesar de que caigo rendido en la cama. También es que el hotel tiene debajo una cafetería con mucho escándalo donde parece que de un momento a otro va a entrar Laura Palmer.

Aunque ya dejé atrás la marisma, me paso el día tararareando "Cortijo de Los Mimbrales" que tiene su punto descriptivo de la cosa huelvana. Aquí se los pongo en una versión en la que ya el Príncipe Gitano había rebasado su mejor momento, pero el terno blanco con su pantalón de campana, vale la pena.


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